dimanche 9 décembre 2012

PLURAL DE PRIMERA

Nacimos libres. Un día nacimos libres. Bañados en sangre de maternidad, una sola vez gritamos nuestro nombre incomprensible, en el primer respiro de este mundo, en el primer segundo de este tiempo remoto que es la civilización. La blancura de una sala de hospital, la intensa luz artificial, el tapabocas del doctor, los guantes de las enfermeras, el desmayo de la madre, la plancha metálica, el agua caliente, la incubadora, etcétera, etcétera, fueron los primeros objetos que acecharon nuestros párpados cerrados. Ese mismo día la modernidad se nos echó encima como una fiera que busca su presa en el calor de los nidos; justo cuando descubríamos la libertad, ésta se apartó de nosotros como un pájaro espantado, y la madre nos impuso la primera palabra que nos encadenó al mundo, un nombre que habríamos de oír tantas veces hasta sentirlo parte de nosotros, o nosotros parte de ella. Sin embargo hay quienes, como respuesta al alarido de su nacimiento, recibieron los sonidos incesantes de la jungla y el barro les sirvió de cuna y un enjambre de moscas les fue sábana. Ellos también nacieron libres, tan libres como nosotros.v