Entre la bruma diminuta -oculta bajo la hierba-
el mundo crece desde dentro para sí.
Extiende un rumbo vacío
y estalla en fertilidades de estrella sin luz.
Ahí, frente a los ojos del que mira:
Húmedo caldo fresco bajo hierbas,
mundo que crece, como un pequeño sol.
-Contagioso, terrible-, su rayo pequeñez
preciso aguarda el momento
de rozarse con tus pies.
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