jeudi 8 janvier 2015

Des-aparecer

Sin darse uno cuenta luego llegan conclusiones. Solitas. Mientras que uno que estâ ay nomâs, mirando el hueco... el hueco que quedó de lo que había, de todo lo que estaba aquí, de todos quienes por ay andaban. De todo aquello de lo que ahora solo percibo el vacío. De repente ya no hay nada. Nada está aquí.

Pero uno estaba ay nomás, con todo alrededor, y de repente

... ¿cómo se iba uno a imaginar que todo aquello hubiera de esfumarse así nomás?

¿Quién iba a pensar que el día en que este hueco llegó, ya estaba instalado para siempre? Cómo fui a creerme tanta estupidez. Cómo pude esperar que desapareciera. Cómo pude tener fe en el tiempo de su extinción. Cómo pude tener fe en el tiempo. Cómo pude tener fe. Cómo pude tener. Cómo pude. Cómo.
Lo peor es que a veces uno se da cuenta de cosas... de la existencia de cosas... de su posibilidad... pero se queda callado. A nadie habla. A nadie avisa. Y luego, cuando esas cosas llegan, uno trata de advertir a los demás, de la inminencia de un suceso jamás conocido, pero siempre es tarde ya, siempre muy tarde. Y uno mira a cualquier parte y ya nomás queda el hueco.
Todos se han ido. Todo.
Ay nomás queda uno alrededor
y nada alrededor de uno.
Y nunca más desaparece el hueco,
ay se queda gusanito de seda.

1 commentaire:

Unknown a dit…

No hables así. Todo pasa y todo queda. (8) ((n.n))