dimanche 8 janvier 2012

Nuevos puntos suspensivos en mi pensamiento

Los extremos de la civilización se tocan con la lengua; y es la misma lengua lo que viene y los disloca. En el fondo de una selva sin nombre, la vida de los hombres no es la misma que en la superficie urbana. El cielo no tiene la misma faz, aquí o allá, y las nubes se reciben con alegrías tan distintas como distintos son todos los rincones de la tierra. Fuego no indicará jamás el mismo fuego, como la palabra ala nunca señalará la misma ala; así el calor del hogar, la confianza del hermano, la transparencia del agua o el brillo de las estrellas… El mundo que se nombra es el mundo en que los hombres viven; y todo lo innombrable, simplemente no pertenece a ese mundo.

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